martes, 5 de abril de 2011

-Mucho trabajo, pero mucha ilusión.

Como decía en otra ocasión, el interior de la casa era aún más deprimente, sucio y abandonado que lo que nos encontramos en el exterior. Pero... en nuestra mente se dibujaba ya la imagen de lo que queríamos que fuera nuestra casa. ¡Habría que trabajar muuuuuuucho!













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